Delectura

Cualquier otro día Dennis Lehane

Si una cosa sabemos de Dennis Lehane es que una novela suya nunca es cualquier otra novela. Cualquier otro día no es diferente a las demás. Como todas ellas, es única.

Hay que tomarse todo el tiempo del mundo para disfrutar de otra categoría dentro del género y asumir que ésta no es una narración perfecta sino el retrato maestro de un capítulo de la historia reciente de Estados Unidos. Un episodio convulso y apasionante, en el que se inmiscuyen las relaciones de unos personajes anónimos en los sucesos reales protagonizados por personalidades de la época como el jugador de los Red Sox, Babe Ruth, o un joven J. Edgar Hoover.

Las intrigas se construyen con detalles, se entrelazan armoniosamente con pensamientos, se vislumbran como espejismos en el fondo de la narración como parte del escenario. Y cada uno de los escenarios describe una ciudad y su historia. Columbus, Tulsa y Boston, siempre Boston.

1918 y 1919, Estados Unidos mira hacia sí mismo con absoluto rechazo a todo movimiento social y sindical encabezado por inmigrantes europeos mientras intenta ahogar sus miedos en los tesoros guardados de la Ley Volstead. Con el mismo rechazo se vive y no convive con los negros, sobre los cuales una sociedad hipócrita y enferma de odio vierte su frustración con normalidad y total impunidad. Nada se escapa del cuadro, La Federación Americana de Trabajo, el Club Social de Boston, la Asociación Nacional para el Progreso de la Población Negra o el entramado político que acabó con los conflictos de la memorable huelga de policías de Boston se incluye en poco más de 700 páginas.

No es posible conocer a los personajes de esta historia porque ayer y mañana se confunden en el hoy como cualquier otro día. Pero como no podía ser de otro modo en una novela de Lehane los protagonistas de estas calles sí se pueden tocar. Puedes ver su sufrimiento reflejado en la cara, sentir el odio y la maldad y escuchar por fin sus gritos de dolor ante la impotencia de lo que no creen poder cambiar. Pero después del paso de Luther Laurence y Danny Coughlin nada va a ser igual, no lo serán sus vidas, y aunque ellos no lo sepan, tampoco la de la ciudad.

Cualquier otro día nos habla de rasgos elementales del ser humano como la codicia y de ‘hombres con órganos llamados avaricia que funcionan como el corazón’. La violencia tiene la capacidad de mover el mundo, ralentizándolo y acelerándolo a su antojo. Y de este modo Violencia y Velocidad unirán a un criado de Ohio, Luther Laurence, y al agente de la policía de Boston de ascendencia irlandesa, Danny Coughlin, en una historia en la que no faltan elementos como el amor (sin romanticismo alguno), el honor, la amistad y la traición.

Luther Laurence huye de El País de los Sueños (Tulsa) porque un negro de Columbus que no desea la idea de vida que otros tienen, que no persigue la réplica negra de una vida blanca, no tiene cabida en él. Danny Coughlin, movido por el deber de honrar la familia del Capitán Thomas Coughlin y de su padrino el teniente Eddie McKenna y progresar en su carrera gracias a la ferviente lucha contra los bolcheviques, descubrirá todo aquello por lo que en verdad merece la pena arriesgar la vida. Mientras asistes a la crónica de esos dos años, sabrás qué pasó con sus vidas.

Aunque su historia es menos poderosa que otras del autor, la fortaleza de esta novela es inmensa. No hay que dejarse engañar por el contexto histórico, pues al fin y al cabo los problemas sociales, la inmigración o el terrorismo no es algo que hayamos dejado atrás.

Cualquier otro día es dura de principio a fin, un golpe en el estómago que te cambia el día.

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Comentarios publicados

Inmensamente absorbente, emocionante, interesante desde la primera hasta la última página. Me recordó a leer una versión modernizada de Charles Dickens ambientada en Estados Unidos.

Bigmam

¡Hacía años que no leía algo tan bueno! Un buen libro, espectacular, bien documentado y sobretodo muy bien escrito. Espero con impaciencia la segunda entrega.

Isa Pueyo

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