Delectura

Frankissstein: una historia de amor Jeanette Winterson

¿De qué estáis hechos? ¿De qué raros elementos?

He leído Frankissstein y no puedo evitar preguntarme si en el deleite de esta historia de Jeanette Winterson habrá influido mi debilidad por los monstruos de Mary Shelley, aquellos que un día perturbaron mi espíritu y se alojaron en mi consciencia. Confieso que Frankenstein o El moderno Prometeo es uno de mis -ismos preferidos de siempre, o, mejor dicho, de la eternidad transitoria que es ahora.*

Así que ahora no sé muy bien cómo continuar. Mi confesión podría estar escondiendo una advertencia para quien no guste de M. Shelley (y de sus poetas). Como consecuencia de mi debilidad, asumo cierta vehemencia con unos fragmentos de la novela y, probablemente, algo de condescendencia con otros. Pero bueno, tal vez ahí esté la gracia, en las fracciones.

Frankissstein es un relato dentro del relato o un relato del relato. Es una creación bajo la tormenta que viaja entre dos tiempos, reales o imaginarios, reales e imaginarios. Uno pasado y otro presente, ambos con un futuro maldito. Es impetuosa y desconcertante, y va más allá de lo romántico.

Las criaturas humanas… tan buenas ideas, tantos ideales fracasados.

Culpable. Mi vehemencia se encuentra en la parte del relato que se inicia con la estancia en Ginebra del matrimonio Shelley junto al poeta Byron, su médico Polidori y la hermanastra de Mary Shelley, Claire Clairmont. El pasado de principios de siglo XIX, en el que las conversaciones de un grupo excéntrico sobre la idea de la vida, el amor y la muerte, la forma del cuerpo, la mente, el corazón y el espíritu o la sombra de los fantasmas y los muertos vivientes es una tromba (con rayos y truenos). Ya empapada, sobreviene esa sensación de frío y calor, cuando se mezclan las circunstancias del dolor y el miedo, el sueño y la locura.

Culpable. Mi condescendencia se produce con el salto doscientos años después. Es la parte del relato que se inicia con un congreso de robótica en Memphis y reúne a Ry Shelley, Ron Lord, Polly D., a Claire y a Victor Stein, me descoloca. El Doctor Ry Shelley analiza cómo los robots nos afectarán la salud mental y física. Ron Lord es un fabricante de sexbots que utiliza la democratización del sexo y el servicio público como base para justificar su oportunismo. Claire, entre otras cosas, es una cristiana devota que quiere averiguar si la vitrificación del cuerpo puede demostrar el viaje del alma, y Polly D., bueno, Polly D. trabaja en Vanity Fair y quiere una entrevista con Victor Stein. El profesor Victor Stein persigue la inmortalidad de la mente. Un apunte, Stein y Shelley están enamorados. Y Ry no viene de Ryan, viene de Mary, es transgénero.

Me muevo de aquí para allá entre estos dos tiempos, y camino sobre la sustancia de la que están hechos ciertos pensamientos sobre la evolución y el desarrollo de la ciencia, las posibilidades y usos (¿beneficios?) de la tecnología, derivas políticas y religiosas, reflexiones (y juicios) sobre el sexo y el género. Ni me asusto cuando identifico las sombras que provocan los sueños, mi me sorprendo con los deseos de una libertad que rompen los límites que habitamos. A veces me río de lo lindo y otras veces me emociono con ciertas apariencias de realidad convocadas a través del lenguaje. Al terminar me he preguntado si no estaremos ya condenados.

Somos lo que tememos.

Por cierto, Frankissstein no es tan solo una historia de amor porque nada es una sola cosa.

«What is your substance, whereof are you made,
That millions of strange shadows on you tend?

(…)

In all external grace you have some part,
But you like none, none you, for constant heart.»

Sonnet 53 W. Shakespeare.
The Plays ans sonnets of William Shakespeare by William George Clarke and William Aldis Wright. Encyclopaedia Britannica, 1975

*He leído la edición en catalán de Frankissstein, publicada por Edicions del Periscopi. De la mano de la gran traductora Dolors Udina. Algunas de las frases que incluyo en cursiva son traducciones libres parafraseos de la edición en catalán y no de la castellana publicada por Lumen.

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Comentarios publicados

Si os va el humor macabro, este es un buen libro :)

Ruth82

Mmmmm…. Encontré la historia un poco forzada y pretenciosa, pero también con buenas dosis de intriga y humor. Y sí, Jeannette Wintersony es simplemente única!

Walkman

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