Delectura

Ellas hablan Miriam Toews

Salir de la zona de confort es necesario, como mínimo partamos de que es saludable.

El riesgo, no obstante, tal y como me ha pasado a mí con esta novela de Miriam Toews, es que se imponga la consciencia de tu propia ignorancia.

De esta novela había leído opiniones muy favorables y con todo tipo de afectaciones, la mayoría entorno a que es una novela conmovedora.

Bien, pues ahí va la mía. Si esta novela no hubiera sido inspirada por unos hechos reales (Bolivia entre 2005 y 2009) probablemente la habría dejado sin terminar. Si no hubiera sido escrita por una mujer que creció en una comunidad Menonita, probablemente no me habría llamado tanto la atención. Y, dicho sea de paso, mirad que me fijo más bien poco en la parte biográfica de las autoras cuando leo, intento que no me condicione. A lo mejor me intereso después, pero no de entrada. Con todo, la curiosidad por saber hacia dónde me llevarían las reflexiones filosóficas de estas mujeres, reflexiones narradas por un hombre, eran tremendas.

Esta es la terrible historia: las niñas, las jóvenes y las mujeres adultas menonitas de Molotschna sufren violaciones y palizas de forma continuada. Los actos, de suma depravación, los cometen los miembros de la misma comunidad: padres, hermanos, hijos que se convertirán en hombres. Ellas solo tienen tres opciones: no hacer nada, luchar, marcharse. Ocho mujeres, las Lowen y las Friesen, se reúnen el 6 y el 7 de junio de 2009 para debatir qué deben hacer mientras August Epp, el único hombre, hace de escribiente y redacta las minutas.

La cuestión es que este juego tan dogmático de virtudes platónicas y teologales que percibía representadas en cada una de ellas me iba poniendo de mal humor. De muy mala leche, hablando en plata. Ellas hablan de vivir según los principios de su comunidad, marcada por la fe. Lo que quiere decir comprometerse en el pacifismo, el amor y el perdón. Ellas también hablan del afán de poder (el deseo) como impulso que ha corrompido a los padres fundadores. Y es que Ellas hablan de que los malvados tienen reservado el perdón porque son víctimas inocentes, su único delito es haber sido unos alumnos excelentes. ¿En serio?
Y finalmente, Ellas hablan de que la única manera de seguir con las puertas abiertas del cielo es marcharse, y que marcharse no es huir.

Y no solo hablan y hablan, argumentan, y la forma de racionalizarlo todo me ha descompuesto. Estas mujeres que no saben leer ni escribir las palabras clemencia, piedad, benevolencia o misericordia, las imploran. (¿Da lo mismo si…?) Son criadas como animales en la sumisión, en la obediencia, en el silencio y en el terror. (¿Da mismo si…?) Bajo el principio del pacifismo de la colonia se esconde el demonio de la violencia extrema.

No sé, es como aceptar beber cicuta, dura lex, sed lex.

Pese a que todas mis sensaciones parezcan apuntar a cierto malestar e incomodidad, como decía al principio, es una novela que merece la pena leer. Original en muchos sentidos e impactante en muchos otros. Aunque tal vez me habría gustado que hablaran más puntos de vista, es una confrontación de opiniones. Especialmente conmigo misma. Durante la lectura, Ellas van poniendo en entredicho mis propias aseveraciones. Como mínimo, cuestionan mi perspectiva, que por mucho que considere abierta me doy cuenta que sigue limitada y ligada a eso que llamamos cultura, valores, filosofía o qué sé yo, cualquier manifiesto que asimilemos como nuestra verdad y que tendemos a universalizar.

Ellas hablan (), y hay que escucharlas.

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Comentarios publicados

Hola. ¿Recomendaríais esta novela para alguien que sufrió en el pasado maltratos de su ex pareja? Muchas gracias.

LisTa

Uoooo, uno de los mejores libros que he leído este año. Invita a la reflexión sobre el abuso sexual a las mujeres tratado con mucha sensibilidad y contado desde el punto de vista de un personaje masculino. ¡Un libro maravilloso!

Sol y Aire

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