Sangre derramada Åsa Larsson

¿Y bien? Sería la pregunta que me haría yo misma si hubiera leído el anterior post de Åsa Larsson «Aurora Boreal». Y es que ciertamente desprendía cierto tono de decepción. Pero una vez superada la presión por encontrar al heredero de Mankell, puedes enfrentarte a la lectura de Sangre Derramada con absoluta libertad. Y merece la pena recorrer el camino completo así que para entenderlo bien empieza por Aurora Boreal.

Cuando se trata de autores prolíficos y series policíacas la indecisión a la hora de escoger qué título comprar es algo común. Déjate llevar porque en la mayoría de las ocasiones puedes leerlas sin seguir un orden. Y ahora mismo hay tantos que yo aprovecho packs promocionales o ediciones de bolsillo, aunque ello signifique esperar…

No es ninguna segunda parte, pero debo decir que el resultado es superior a uno más uno. En esta segunda novela,  Rebecka Martinsson adquiere unas dimensiones impensables al leer la primera entrega de la saga. Pero para ser consciente del cambio debes haber leído Aurora Boreal, el impacto es doble, y no es como el ligero sabor del limón en la Coca-Cola.  Es distinta, es interesante, callada y conserva un halo de misterio en un interior no explorado (o no del todo ya que Åsa Larsson acostumbra a describirlo todo).

Esto es lo que nos va a seducir durante sus 360 páginas. Y cuando hablo de ‘seducir’ lo digo con toda la intención, se trata de eso. Porque enganchar, no engancha. La trama, el leitmotiv, el crimen y su resolución quedan en segundo plano. La historia vuelve a transcurrir en un pueblo cercano a Kiruna (Suecia) y la escena nuevamente es el asesinato brutal de un miembro de la iglesia. Los instintos más básicos los motivos que  llevan a la perdición más absoluta. Pero da igual, es una excusa para hacer regresar a Rebecka y sus demonios a Kiruna.

Sangre Derramada es una buena lectura. Atención a personajes como Lisa Stöckel, estoy segura que será coprotagonista de un post algún día de estos.

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